En la Ciudad de México se producen árboles bonsái de la más alta calidad

Publicado el 26 Mayo 2017
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Aunque México no figura como potencia mundial en producción de árboles bonsái, en la capital del país hay quien se dedica a las innovaciones técnicas y estéticas de esta especie, en San Luis Tlaxialtemalco, Xochimilco, lo que ubica a la Ciudad de México en la región con la más alta calidad en el cultivo de estos árboles.

Adriana Contreras Vera, directora general de Desarrollo Rural de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec), comentó que en el Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por el doctor Miguel Ángel Mancera, se apoyan las actividades productivas de quienes trabajan en la zona rural, a fin de que ejerzan su derecho a recibir una retribución económica por sus labores.

Dijo que tal es el caso de Nabor Fernández Márquez, quien en un principio tomó como pasatiempo el cuidado de los árboles bonsái, y ahora es un negocio redituable para él.

Fernández explicó a la servidora pública que para el cuidado, florecimiento y la alta calidad de un árbol bonsái, se requiere de agua, luz solar, aire, así como mucha dedicación, técnicas y capacitación, además de colocarlo en exteriores.

Detalló que las potencias mundiales en producción de estos árboles son China, Japón, España, Italia y, últimamente, Estados Unidos, y en México “realmente no hay producción, pero sí muchos aficionados al cultivo de los árboles en miniatura, al que muchos consideran un verdadero arte, debido a la recreación y diseño de paisajes naturales que se realizan sobre pequeñas macetas”.

Expresó que para lograr la supervivencia del bonsái, deben emplearse árboles nativos como el ahuehuete –considerado el árbol nacional-, jacaranda, fresno, pirul, cotoñaster, sabino, palo dulce, piracanto, San José y el muy popular “árbol de la abundancia”, independientemente de que se pueden lograr frutales en miniatura como durazno, chabacano, toronja y limón, entre otros.

Sobre estos últimos ejemplares, mencionó que se pueden lograr réplicas en una escala al 10 por ciento de la talla natural, sin embargo, el fruto será siempre del mismo tamaño, es decir, que no se reduce en la misma proporción.

Señaló que hace un cuarto de siglo su aprendizaje se basó en libros y revistas especializadas que hablaban sobre el corte de raíz, poda de ramas y el alambrado para hacer el diseño. “Hay modas, porque hubo un tiempo en que al árbol se le dejaba su crecimiento natural y después se valoró más la estética”.

Indicó que posteriormente tuvo la oportunidad de tomar talleres con los maestros Marco Invernize, de Italia, y con el japonés Hatsumi Terekagua. Lamentó que sólo haya unas cuantas ferias y exposiciones, “en donde se puede demostrar quién es el mejor”, y recordó que en Puebla, en el año 2007, uno de sus árboles ganó el premio al mejor diseño.

Comentó que produce su propio abono orgánico y que actualmente cuenta en su invernadero, ubicado en San Luis Tlaxialtemalco, Xochimilco, con aproximadamente 2 mil acodos o plántulas de árboles que en un futuro se convertirán en bonsái de alta calidad.

Puntualizó que a través de la Sederec el año próximo presentará un proyecto productivo para pasar de 2 mil a 4 mil acodos, principalmente para la venta comercial –entre 400 y 700 pesos, ya que árboles añejos alcanzan precios de varios miles de pesos- y además requerirá de apoyo para exportar, ya que el ahuehuete bonsái mexicano, es muy apreciado en España, principalmente.