La concepción de la madre tierra desde una perspectiva ancestral
Tomar conciencia de que somos parte de la tierra y no al revés “que la tierra nos pertenece”, es el primer paso para revertir el daño que le hemos ocasionado, consideran integrantes de comunidades indígenas y habitantes de pueblos originarios de la Ciudad de México, quienes veneran a la Madre Tierra, por ser dadora de vida y sustento.
Nana Tonatzin es venerada desde tiempos prehispánicos, es la madre porque nos alimenta y nos nutre cada día, de ella también surgen las plantas que nos curan.
Dar gracias, pedir permiso, respetar y cuidar el lugar donde se vive, es parte de las enseñanzas de nuestros antepasados, que poco a poco se han ido perdiendo; de la fertilidad de la tierra depende la disponibilidad de cosechar alimentos diversos para el ser humano, y su cuidado es responsabilidad de todos.
En las siete delegaciones rurales de la Ciudad de México se distribuye el 59 por ciento del suelo de conservación, que es necesario proteger por los importantes servicios ambientales que brinda a todos los habitantes de la capital del país, entre ellos la regulación del clima y gases de efecto invernadero, la conservación de la biodiversidad y del suelo, así como la recarga de los mantos freáticos.
Al respecto el curandero tradicional Antonio Chaparro considera que estamos a tiempo para revertir el daño a la Madre Tierra con la toma de conciencia de que somos parte de ella y que el cuidado que se le da al planeta debe ser equivalente al que brindamos a nuestro propio cuerpo.
“Las selvas son los pulmones, los seres humanos las neuronas y los ríos las venas, no podemos dedicarnos a destruir nuestro planeta, nuestro cuerpo. La enseñanza es que somos parte de ella y por ello debemos preservar todo lo que nos da oxígeno y alimento. Ya hay más gente con conciencia de esto y se puede revertir”, confió.
Mientras que para Blanca Rita Rodríguez Jácome curandera y herborista de la delegación Cuauhtémoc, ocupados en la cotidianidad, perdemos de vista lo más importante, que la calidad de vida que tenemos depende de las bondades que nos brinda la Madre Tierra, por ello, es necesario agradecer cada día por estar en su espacio sagrado a través del rescate y practica del conocimiento ancestral, en donde el agradecimiento se traduce en respeto, cuidado y amor por ella.
La acción depredadora del hombre hacia los recursos naturales que nos brinda la tierra, es en lo que nos debemos de ocupar, señaló Rafael Álvarez Martínez, curandero migrante de Honduras, quien añade que sin el debido cuidado hacia los bosques y ríos, el ser humano queda inerme ante huracanes y otras catástrofes.
Sin la tierra no habría cultivos y por tanto, tampoco los alimentos necesarios para subsistir, por eso debemos agradecerle, pero el hombre se ha vuelto cruel con la naturaleza, tala los árboles y no siembra otros; pone diques a los ríos y deja sedientas a las aldeas, lamentó.
Cada 22 de abril se conmemora el Día Internacional de la Madre Tierra, más de mil millones de personas en 190 países realizan diversas manifestaciones y acciones para recordar que el planeta y sus ecosistemas nos dan la vida y el sustento.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, este día nos brinda la oportunidad de hacer conciencia en todos los habitantes del planeta acerca de los problemas que afectan a la Tierra y a las diferentes formas de vida que en ella se desarrollan. En 2018, la campaña se denomina terminar con la contaminación de los plásticos.